El pasado martes 30 de mayo,
120 mujeres pusieron sus cuerpos para dejar un claro mensaje:
120 mujeres pusieron sus cuerpos para dejar un claro mensaje:
el femicidio es genocidio.
Fotos
de Nacho Yuchark para lavaca.org
Esto está pasando: 133 FEMICIDIOS EN LO QUE VA DEL AÑO.
Una orquesta de 12 mujeres toca música de cámara para alertar a los distraídos transeuntes. Las mujeres comienzan a desnudarse. Quedan expuestas al frio, a las miradas, a la interperie. Crean pilas de cuerpos inertes y otros quedan desparramados por la vereda, sin vida. De un megáfono comienza a salir un discurso con fragmentos de tres poesías “Nombremos a todas” de Paula Heredia (Córdoba); “Otro sí digo” de Gabriela Robledo (Córdoba) e “India” de Patricia Karina Vergara Sánchez (México):
“Nombremos a todas:
asesinadas, desaparecidas,
abandonadas, golpeadas,
discriminadas, expulsadas.
Nombremos a todas:
trabajadoras, desempleadas,
enfermas, sanas,
locas, no hay cuerdas.
Nombremos a todas:
vivas y muertas.
Decí mi nombre, el tuyo.
Nombremos a todas
y existiremos siempre.
Formas de matar a una mujer:
Cortarle el cuello: muerte Instantánea.
Encerrada sin agua: muerte entre 3 y 7 días.
Encerrada con agua, pero sin comida: de 15 a 40 días.
Estrangulada: de 1 a 15 minutos
Quemada: 8 minutos
Congelada: entre 90 y 100 minutos
Desangrada: de 3 minutos a 1 hora
Ahogada por gas: 10 minutos
Golpeada con un objeto romo en el parietal: instantáneamente
Acuchillada en el corazón:10 segundos
Demandan expropiar mi cuerpo.
Es legítimo según la ley.
El juez regulará copiosos honorarios.
Se habrá hecho justicia.
Declararán mi placer de interés público.
Hallarán la marca incandescente
de un hierro patriarcal sobre mi espalda.
Me sepultarán bajo sus escuelas, sus iglesias, sus cortes de justicia.
Me quebrarán por no torcer el brazo.
Me violarán gendarmes de todas las tropas.
Apelaré,
esa ley que no tiene vigencia en mi cuerpo,
que me excomulga, me proscribe, me desaparece;
desnuda en el atrio
apelaré,
con los muslos, con el pubis, con los brazos, con las venas, con el cuello,
con las amígdalas, con el iris, con la córnea, con las uñas, con las rodillas…
No.
Apelaré
aunque no se avoque ni escuche mi caso
apelaré con las tetas, con el puño, con los pies,
con las orejas, con las pestañas, con la espalda,
apelaré en presente, en pasado y en futuro
del derecho y del revés
con los dientes, con las pezuñas,
apelaré.
Insisto
en la libertad de decidir sobre mi cuerpo,
en territorio
de quienes realizan leyes
que buscan doblegarme.
Invoco a las diosas
entre los engranes de un patriarcado
que hace miles de años intenta ocultarlas.
Participo en la lucha laboral de un pueblo
ya comerciado y en las manos del patrón.
Conozco la importancia
de la labor contestataria,
cuando en esta patria
se encarcela a quien disiente.
He dado a luz
en una era
que acabó con la esperanza
ya hace tiempo.
Le apuesto a la lucha libertaria
en el reino del televisor.
Soy mujer
en un tiempo
en que el femicidio
nos quiere volver desechables.
Por supuesto,
dicen que estoy loca,
extremadamente loca.
Que soy rara, que me he vuelto extraña.
que no tengo lugar en el mundo.
Entonces, no me queda de otra:
Tengo que señalar el desprecio,
que elegir sobre mi vida,
que inventar la fe para dársela a mi hija,
que escribir por la libertad a las presas políticas.
que denunciar al Imperio,
que amar mi cuerpo,
que apagar el televisor,
que mostrar mis bolsillos,
que buscar justicia para las mías,
que demandar castigo a los asesinos.
Es por todo ello,
que no tengo más remedio
que darles la mala noticia
a las buenas y tranquilas conciencias:
estoy aquí
exigiendo a gritos
la parte que me corresponde del mundo.
Y no voy a callarme la boca, ni a desaparecer.
Nombremos a todas:
asesinadas, desaparecidas,
abandonadas, golpeadas,
discriminadas, expulsadas.
Nombremos a todas:
trabajadoras, desempleadas,
enfermas, sanas,
locas, no hay cuerdas.
Nombremos a todas:
vivas y muertas.
Decí mi nombre, el tuyo.
Nombremos a todas
y existiremos siempre”.
Fotos
de Nacho Yuchark para lavaca.org
El final es silencio, y un aplauso.
Las mujeres lloran.
Algunos hombres también.
120 mujeres desnudas en pleno centro.
120 artistas.
El arte es vanguardia, sino no es arte.
En este mundo insensible y virtual, poco y nada tardaron en aparecer esas personas que nunca entienden nada, las que limitadas y reprimidas, odian lo que tanto anhelan:
Expresión y Libertad.
¿Por qué tanto miedo al desnudo? ¿Qué es lo que no quieren ver? Gracias FACC por este nuevo hecho artístico y de conciencia colectiva.
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Mañana, sábado 3 de Junio, se va a realizar una nueva marcha contra la violencia machista organizada por el colectivo Ni Una Menos frente al Congreso de la Nación. Una vez más, las mujeres saldrán a las calles para denunciar que el Estado es responsable y continúa haciendo oídos sordos a los reclamos y ha naturalizado la violencia de género sin asumir la complejidad del problema.
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